Un día cualquiera tu nevera vacía te lleva al supermercado. Tienes tiempo, no como otras veces, y ves un producto nuevo con muy buen aspecto que no conoces. Quieres saber más de él.
Si el día fuera el de hoy tendrías que preguntar al empleado más cercano quién te dará una información sucinta y escasa. O puedes googlear el nombre de la etiqueta… En el Supermercado del Futuro solo tendrás que situar su mano sobre la caja del producto para que una pantalla te cuente su historia, procedencia, manera de consumirlo… Allí mismo, con solo levantar la vista.
Esto, que parece un deseo o una idea de ciencia ficción, ya está creado.
Dentro de la celebración de la Exposición Universal de Milán, Expo Milano 2015, el equipo de Carlo Ratti, colaborador del MIT, diseñó e hizo realidad un espacio funcional donde dieron vida a una superficie de venta de alimentos frescos poniendo al usuario en el centro del ecosistema de información que la industria agroalimentaria genera desde que la semilla germina hasta que llega a un lineal.
El proyecto Future Food Distric fue de los espacios más impactantes de la Expo.
Si retrocedemos unos años topamos con otra idea tan disruptiva como sencilla.
En 2011 un vídeo se hizo viral mostrando a personas comprando alimentos ¡desde el Metro! Tesco, multinacional británica y tercera cadena de venta minorista en el el mundo, sorprendió a todos con este Concept o prototipo de pruebas en la que llevaban el Supermercado allí a donde la gente está en vez de intentarlo al revés.
Por si quieres ahorrarte el vídeo; los usuarios del Metro de Seúl, mientras esperan a que llegue el convoy, tienen enfrente unos carteles con fotos de productos, su precio y un código QR. Si llevan la App de Tesco en su smartphone escanean el código y hacen el pedido online desde ahí mismo para recibirlo en su casa en unas horas.
La idea se convirtió en realidad y ayudó a Tesco a liderar el segmento en Corea de Ecommerce en productos de Supermercado.
¿Qué tienen en común estas dos ideas?
A parte de que se basan en colocar la experiencia de compra en el usuario y no en el producto se trata de iniciativas que requieren de unos sistemas de información capaces de soportar el tráfico de datos necesario y aportar, a la estructura logística que hay detrás, de Conocimiento.
Estamos en el presente de un ecosistema de datos que ya es capaz capturar, procesar, enviar (e incluso formatear) la información que necesita un comprador como la del primer ejemplo o la que es necesaria para llevar el lineal al Metro y realizar pedidos desde el andén.
El desarrollo de los sistemas productivos agrícolas ya es indivisible de los avances en sistemas de información, Big Data y Agricultura. La capacidad de una empresa de cultivar, cosechar y procesar alimentos está vinculada a su efectividad y el ahorro de costes e impacto medio ambiental que acaba redundando en precio y en un ahorro precioso de recursos.
Por ello, en ejemplos como estos vemos realidades que contribuyen a un sector agroalimentario más implicado con la sociedad gracias a la tecnología que creamos desde empresas como Hispatec.
