Agrointeligencia

Hoy traemos las reflexiones de Nati Luqui, presidenta de Fundación Navarra para la Excelencia (FNE), además de responsable de Gestión y Desarrollo de proyectos I+D+i en el departamento agronómico de Gelagri.

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¿Qué objetivos tiene la Fundación Navarra para la Excelencia Empresarial? ¿Retos para los próximos 10 años?

La misión de la Fundación Navarra para la Excelencia es propiciar el desarrollo sostenible y permanente de aquellas empresas y organizaciones que estén dispuestas a ello, con el fin último de contribuir a la mejora de su competitividad.

Hablar de retos a 10 años es incierto ya que nos encontramos en un mundo globalizado en el que la situación cambia en futuros muy próximos (tendencias de consumo, comportamientos de los mercados, avances tecnológicos, etc.). Hasta la fecha, podemos hacer alusión al camino hacia la excelencia, entendiendo este concepto como la mejora continua y particular de cada empresa o entidad y entendiendo que se debe avanzar en las distintas dimensiones que comprende la propia empresa.

Como apoyo a las empresas, en Fundación Navarra para la Excelencia, hemos creado el Club de Directores de Calidad, la Herramienta 5S y se ha impartido formación, a toda empresa interesada, en Modelos de Gestión Avanzada, EFQM, “Jornada de PRL” o el “Seminario: Servicio de Calidad al estilo Disney”, entre otros. Además, estamos inmersos en nuevos proyectos como es el de “Core Reputation” y la Digitalización. Siendo conscientes de la importancia que tendrá en futuro próximo, para todas las empresas, la Gestión de la Reputación Corporativa e Intangible y las sesiones en remoto y formaciones on line.

Como ingeniera agrónoma, ¿qué papel tiene la digitalización como herramienta de trabajo?

En mi opinión, el papel de la digitalización en las empresas como herramienta de trabajo, es incuestionable e irreversible.

A pesar de que la gran mayoría de las empresas, más del sector agroalimentario si cabe, podemos estar viviendo esta 4ª revolución industrial como un RETO enmarcado en un Plan de Transformación Digital hacia la Industria 4.0, no cabe duda de que la velocidad del cambio digital va más rápido que la adaptación de la mente de las personas.

Por ello es fundamental que, para adaptarnos a esta nueva realidad “más virtual” y “más digital” en el que el IoT (Internet de las Cosas) toma protagonismo para facilitarnos la toma de decisiones, las personas que forman la empresa trabajen como equipo, con motivación y profesionalidad; es decir, que se sientan parte del proyecto de cambio y que este cambio esté impulsado con el compromiso de los líderes de las empresas.

¿Qué importancia tiene la I+D+i tras la crisis del COVID-19?

Bajo mi punto de vista, la importancia de la I+D+i en una empresa es el reflejo de su visión a futuro. La empresa que disponga de buenos Planes Estratégicos y utilice la I+D+i como la búsqueda de soluciones o alternativas a problemas que no han llegado, probablemente, en épocas de crisis, afrontará la situación en mejores condiciones que en estado de “normalidad”.

No debe entenderse la I+D+i como partidas económicas gastadas sino como invertidas; y que sirvan como amortiguador para épocas de crisis como las que se han vivido y se seguirán viviendo.

Por lo tanto, la I+D+i es fundamental antes y después del COVID-19.

¿Habrá un antes y un después para el sector agroalimentario?

Sí. Creo que el “antes y el después” será algo temporal, tal y como ha sucedido con otras crisis, y estará más relacionada con la crisis económica global que con crisis alimentaria.

Tal y como se plantean expertos en el sector agroalimentario, tras el COVID-19, “cómo será el día de después”. Y, esta respuesta, está muy relacionada con la anterior, ya que, las empresas que miran hacia el futuro con perspectiva tendrán una mayor resiliencia (ante la situación que se queda tras el COVID-19) con respecto a las empresas que han mirado y siguen mirando al presente.

Probablemente, a pesar de que estamos en un sector estratégico en el que la alimentación es una necesidad básica, el comportamiento de los consumidores y las tendencias de mercado que se veían hasta antes de marzo de 2020 cambiarán, al menos temporalmente, e impactará en una u otra medida sector agrícola en general.

El sector ha mantenido su actividad durante la pandemia. ¿qué han echado de menos los ingenieros y técnicos agrícolas en esta crisis?

El sector no solo ha mantenido la actividad sino que la ha aumentado para abastecer a la demanda de los supermercados. Yo en particular he echado de menos el reconocimiento del trabajo realizado por todas las personas involucradas en el sector agrícola para que los alimentos hayan estado en los “stands” a disposición de las personas en cantidades superiores a las que habitualmente están y con la calidad y los precios de siempre.

Considero que nuestro sector es muy honrado y no se ha “aprovechado” de la situación y, a pesar de ello, creo que no se le da la importancia o el reconocimiento que realmente tiene.

Como experta de Seguridad Alimentaria, ¿cambiarán los procesos de calidad y certificación hacia un entorno más digital? ¿tendrá la trazabilidad mayor relevancia?

Creo que los procesos de calidad van cambiando y mejorando conforme van evolucionando los equipos, las metodologías, los protocolos, etc. al igual que los estándares de calidad y sus certificaciones y considero que sí evolucionarán hacia un entorno más digital.

La trazabilidad no creo que tome más relevancia en sí, sino que con la digitalización de la trazabilidad se ganará tiempo y transparencia de la información.

¿Hacia dónde va el sector de productos agroalimentarios congelados?

Hacia la elaboración de productos congelados de manera sostenible; y para ello, es fundamental la mejora de los tangibles que actualmente tenemos e integrarlos con los que llegarán en la era de “Smart farming” de manera que optimicemos al máximo todos los recursos, generemos productos y subproductos y minimicemos al máximo los residuos. Las industrias y la sociedad, en general, irán encaminadas hacia una economía circular y no lineal.

 ¿Ha habido un aumento de su consumo durante el confinamiento?

Ha sido un consumo repartido. Por un lado, y como en todas las empresas del sector agroalimentario, se ha notado un incremento puntual en las grandes superficies o en los supermercados y, por otro lado, se ha frenado el canal HORECA o el de impulso.